viernes, 17 de abril de 2015

Pilar Prades “La envenenadora de Valencia”




Tiempo atrás a las niñas les contaban historias de princesas que al crecer olvidaban, las preparaban para ser amas de casa, pero en ocasiones acababan siendo sólo criadas. Pilar Prades soñaba con ser una modesta ama de casa pero al precio que fuese.
Pilar Prades nació en un pueblo de Castellón en 1928, era hija de una familia humilde con 4 hermanos, de adolescente se trasladó a Valencia a trabajar como empleada de hogar, totalmente analfabeta y con mucho caracter.Cambió varias veces de domicilio hasta que en 1954, en casa de la familia Vilanova-Pascual la emplearon como ama de casa, unos charcuteros de renombre muy felices hasta que Pilar entró en sus vidas.


Al principio todo funcionaba con toda normalidad, ella era muy eficiente, mientras los señores Enrique Vilanova y Adela Pascual trabajaban fuera de casa, Pilar se ocupaba de las tareas del hogar incluso las hacía con empeño.

Con el paso del tiempo empezó a tener un sentimiento muy intenso donde se imaginaba dueña y señora de la casa, pero para alimentar al máximo ese sentimiento debía librarse de la patrona y como Pilar era una mujer lozana, pensó que quizá el señor se fijaría en ella, fue entonces cuando comenzó a suministrarle a Adela “Diluvión”, un veneno para matar hormigas que contenía fuertes dosis de arsénico. Se lo suministraba en pequeñas dosis en caldos o infusiones que le preparaba a diario.


El 11 de mayo de 1955 Doña Adela se puso muy enferma, el médico que la visitaba no sabía lo que tenía, pero cada vez iba empeorando más, hasta que el día 18 de ese mismo mes falleció, el diagnóstico del médico fue un fallo del páncreas.

Don Enrique, la despidió, vendió todo y se marchó.

Pilar quedó desempleada hasta que en 1956, conoció a Aurelia Sanz, cocinera en un domicilio de la calle Isabel la Católica, propiedad de Don Manuel Berenguer y Doña Carmen Cid.
Don Manuel era un médico con muy buena reputación. Aurelia cocinaba y Pilar realizaba el resto de tareas. Un día paseando por la playa de la Malvarrosa en Valencia, se les acercaron 2 varones, según parece, las dos mujeres se fijaron en el mismo, pero él se fijó en Aurelia.


En agosto de 1956 Pilar planea quitar de en medio a Aurelia y piensa que si de paso Doña Carmen fallecía, el Señor se fijaría en ella, así que comenzó a suministrarles veneno, pero Don Manuel empezó a sospechar e inició una investigación, consultó con otros médicos hasta corroborar lo que él sospechaba.

Don Manuel solicitó a Enrique Vilanova la exhumación del cadáver de su esposa y en él se encontró la prueba definitiva para detención de Pilar Prades el 20 de febrero de 1957.

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